El leasing puede ser el impulso que necesitan las empresas para arrancar, abonando cuotas predecibles para usar bienes que, además, podrán adquirir luego descontando esos pagos.
Las empresas, desde los autónomos hasta las grandes empresas pasando por las pymes, necesitan soluciones de financiación que se adapten a sus necesidades. El leasing es una fórmula que permite optimizar los recursos y compaginar la liquidez empresarial (o su falta) con el uso de bienes.
¿Qué es el leasing y en qué consiste?
El leasing es una modalidad de financiación que consiste en un contrato entre una entidad financiera (el arrendador) y una empresa o particular (el arrendatario) por el cual la primera cede el uso de un bien a la segunda durante un plazo determinado, a cambio del pago de unas cuotas periódicas.
Fases del leasing
Un contrato de leasing sigue siempre el mismo patrón a través de cuatro fases diferentes.
- La empresa que ofrece el alquiler adquiere el bien en cuestión
- Se firma un contrato entre arrendador y arrendatario
- Fase del abono de cuotas
- Elección entre adquisición, prórroga del contrato o devolución
1. La empresa que ofrece el alquiler adquiere ese bien en cuestión
Por ejemplo, la empresa adquiere una flota de vehículos. A veces este movimiento se realiza ‘a demanda’, adquiriendo el vehículo cuando es solicitado.
2. Se firma un contrato entre arrendador y arrendatario
Se firma un contrato entre arrendador (la empresa de leasing que posee el bien) y arrendatario (quien lo usará), como un alquiler convencional aunque con contratos con más posibilidades.
3. Fase del abono de cuotas
El arrendatario envía al arrendador las cuotas mensuales por la cantidad y tiempo pactado.
4. Elección entre adquisición, prórroga del contrato o devolución
Esta fase es la que define el leasing. Una vez termina el contrato, el arrendatario ha de escoger entre la compra del bien, seguir con el contrato tal y como está (aunque en el caso del vehículo a menudo cambiando de modelo) o la disolución del contrato.
Diferencia entre leasing y renting
Como ya se trató en artículos previos, la diferencia principal entre leasing y renting, es que el leasing consiste en una forma de financiación que permite el alquiler de un bien y, además, la posibilidad de su adquisición a futuro. A través del leasing, el arrendatario (persona que usa el bien alquilado) puede terminar siendo su dueño; al contrario que en el renting, en que no se ofrece esta posibilidad.
Todos los tipos de leasing y sus características
El modelo de contrato de tipo leasing tiene diferentes tipos en función del tipo de bien que se financia (maquinaria industrial, vehículo, inmueble, etc), el plazo del contrato, sus condiciones de compra-venta o devolución, e incluso el tratamiento fiscal.
Leasing financiero, para bienes de larga duración
El leasing financiero es el más común, y tiende a usarse cuando el bien que se financia tiene una vida útil superior al plazo del contrato. Con frecuencia se firma con vistas a la compra futura del bien.
En esta modalidad, el arrendador pone a disposición del arrendatario el bien para su uso tras el pago de ciertas cuotas, en las que aparecen reflejados y diferenciados los conceptos de ‘coste del bien’ y los ‘intereses’.
Dentro del leasing financiero rara vez se incluyen gastos de mantenimiento o reparación. Aunque no es imposible incluirlo por contrato, se suele entender que es el arrendatario quien correrá con esos gastos por su cuenta.
Leasing operativo, con intención de retornar el bien
El leasing operativo se aplica a bienes que se renuevan con frecuencia o tienen una vida útil relativamente corta, como pudiera ser un ordenador o una impresora. En esta modalidad no se suele incluir la posibilidad de obtención del bien al finalizar el contrato.
A diferencia con el leasing financiero, en el leasing operativo es el arrendador quien suele encargarse del mantenimiento del bien, las cuotas son más bajas y al final del contrato se tiende a su disolución o cambio por otro bien que arrendar.
Leasing inmobiliario, para bienes inmuebles; mobiliario para equipamiento
El leasing inmobiliario engloba el alquiler de edificios, locales o terrenos, y en la opción de leasing mobiliario se incluye también maquinaria de muy larga duración, instalaciones fotovoltaicas, barcos, etc.
Una de las características más importantes de estos tipos de alquiler financiero es que el arrendatario puede deducir las cuotas como gasto y amortizar el bien como propio.
Leasing back: vender al futuro arrendador el bien que alquilarás
En esta modalidad se dan dos intercambios: en primer lugar, el dueño de un bien se lo vende a otra persona o empresa, quien a su vez se convierte en arrendador del bien, y la primera pasa a ser arrendatario (persona que usa el bien alquilado).
El leasing back tiene mucho sentido cuando el primer dueño del objeto necesita liquidez pero a su vez necesita hacer uso de un bien. Este dejará de ser suyo durante un tiempo.
¿Cuáles son los beneficios del leasing?
El leasing ofrece una serie de ventajas tanto para el arrendatario como para el arrendador, entre las que destacan, sin especial orden de importancia:
- Acceso a bienes sin necesidad de disponer de gran liquidez.
- Permite financiar todo el valor que tenga el bien.
- Permite la renovación de los bienes.
- Mejora la gestión financiera y fiscal de las empresas.
- Facilita a las empresas tener un mayor control sobre sus gastos.
1. Acceso a bienes sin necesidad de disponer de gran liquidez
Acceso a bienes sin necesidad de disponer de gran liquidez o desembolsar grandes cantidades iniciales. El leasing permite un acceso gradual a pequeñas empresas, por ejemplo, de maquinaria, a medida que la van necesitando.
2. Permite financiar todo el valor que tenga el bien
Relacionado con el punto anterior, permite financiar todo el valor que tenga el bien, restando del desembolso inicial el precio de adquisición una vez terminado el alquiler.
3. Permite la renovación de los bienes
Permite la renovación de los bienes a medida que estos llegan a su vida útil o alcanzan grados de obsolescencia e incompatibilidad insuficiente. A menudo se habla de obsolescencia digital, pero también existe la legal: por ejemplo, vehículos térmicos y contaminantes que ya no pueden ser usados en diferentes lugares.
4. Mejora la gestión financiera y fiscal de las empresas
Al permitir deducir las cuotas como gasto y amortizar el bien como propio (esto último no en todos los contratos), también mejora la gestión financiera y fiscal de las empresas.
5. Facilita a las empresas tener un mayor control sobre sus gastos
Junto a un precio bajo de entrada, facilita a las empresas tener un mayor control sobre sus gastos al conocer de antemano las cuotas.
Leasing, una alternativa al préstamo
Aunque el leasing se está posicionando como una alternativa, la compra tradicional vía préstamo sigue siendo el método más frecuente entre particulares para adquirir un vehículo. En el portal BBVA API_Market es posible encontrar ejemplos de APIs que facilitan la financiación de compra de un vehículo, como es el caso de Auto Loan Calculator (España) o Auto Loan (México). Gracias a estas integraciones es posible conectar la venta de vehículos con las opciones de financiación.
Entre los beneficios del uso de APIs en los procesos de leasing o préstamos de auto encuentran el agilizar el proceso de solicitud, la contratación y la gestión, además de reducir la carga burocrática mejorando la experiencia del cliente.