Programando para el servicio público con datos abiertos

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Desarrollo / 11 febrero 2014
Programando para el servicio público con datos abiertos

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¿Cómo se puede beneficiar un municipio, un estado o todo un país gracias a la colaboración de un equipo de programadores, diseñadores e innovadores cívicos con las administraciones para poder solucionar un problema público? Un movimiento global de activistas está realizando experimentos, compartiendo métodos y replicando éxitos de aquí y allá para tratar de aportar su respuesta en distintos lugares de todo el globo.   

Son una especie de cuerpos de paz para geeks. La comparación se atribuye a un artículo periodístico, y Code for America ha decidido adoptarla porque todos sus miembros se identifican con ella. Se trata de una organización norteamericana que dona aplicaciones tecnológicas a los poderes administrativos de ciudades y municipios para ayudarles a prestar un mejor servicio público a sus ciudadanos. Por eso recluta desarrolladores informáticos y expertos en tecnologías para la capacitación ciudadana que dejan sus empleos regulares durante 12 meses. Durante este periodo, los voluntarios se enrolan para recibir una formación acelerada sobre los entresijos de las instituciones y aprender a detectar obstáculos en sus prestaciones al ciudadano que se puedan resolver con una solución técnica. Con frecuencia se trata de problemas y enfoques en los que los funcionarios y técnicos administrativos no habían reparado anteriormente. Después, en colaboración, desarrollan una aplicación que ataje sus necesidades.

¿Qué tipo de problemas resuelven? En la ciudad de Nueva York y en Louisville (Kentucky) han trabajado en una plataforma unificada de datos para que el sistema de justicia pueda fundamentar con mejor información que las decisiones de enjuiciamiento. En Las Vegas , los fellows han ayudado a que la ciudad pueda distribuir mejor las áreas comerciales basándose en datos. En el caso de la localidad de San Mateo, han avanzado en la puesta en marcha de una interfaz que ayuda a los ciudadanos a consultar los beneficios sociales que pueden solicitar en cada caso particular. Cualquier municipalidad puede beneficiarse de estas aplicaciones. El ayuntamiento de Bloomington (Indiana) es la institución más involucrada: ha creado 5 y utiliza otras 15 aplicaciones en áreas que van desde el transporte, al reciclaje, seguimiento fiscal o mantenimiento de parques. Un marketplace llamado Code for America-Commons permite acceder a más de 660 apps que ya están siendo aplicadas en 384 ciudades de toda la nación. Para inspirar y guiar a otros agentes de cambio en las administraciones locales se ha editado Beyond Transparency: Open Data and the Future of Civic Innovation, un compendio de casos de estudio.

Las apps que realizan los miembros de Code for America son open-source. Algunas surgen de un programa de aceleración empresarial y cristalizan en iniciativas emprendedoras y aplicaciones de pago. Por ejemplo SmartProcure.us, una aplicación online que permite a las administraciones compartir información sobre demanda y oferta en contrataciones públicas. Comparando precios, facilita a las administraciones el ahorro de dinero público con adquisiciones más ventajosas. Y los proveedores, pagando por su uso, acceden en una interfaz única a la demanda pública de más de 1.700 organismos.

¿Es extrapolable el modelo de Code for America a otros lugares? En Europa, Code for Europe así se lo ha propuesto a menor escala. En 2014 cuenta con equipos trabajando con las administraciones en Berlín, Ámsterdam, Roma y Helsinki. En 2013 crearon 8 aplicaciones. Como su análoga estadounidense, tiene un escaparate público: Europe Commons. En él consta, por ejemplo, que en España se usa la plataforma de gobierno abierto y participación ciudadana del País Vasco, Irekia. También en la Consejería de Presidencia del Gobierno de Asturias, con Asturiasparticipa.org. Por otro lado, el software Alaveteli para enviar solicitudes de información a organismos públicos está siendo aplicado en España en las plataformas AsktheEU.org y Tuderechoasaber.es, que impulsan Access Info Europe y la Fundación Ciudadana Civio.

Codeando México aborda la innovación cívica de una manera similar a Code for America, como un facilitador y democratizador de innovación. Su plataforma de retos invita a participar en más de 50 proyectos, que abordan desde problemas viales al suministro de aguas o los proveedores de obra pública, aunque aún necesitan involucrar a más participantes y trabajar sobre muchos más conjuntos de datos abiertos.

Por su parte, el continente africano vive un momento de efervescencia de iniciativas cívicas basadas en las nuevas tecnologías y el activismo open data. “La naturaleza del problema es de oferta y demanda. Gobiernos y activistas ofrecen datos y servicios a los ciudadanos en lugar de escuchar lo que éstos quieren o necesitan realmente. Esta tensión se refleja en cómo definimos nosotros este movimiento”, defiende Code for Africa en su web: un ecosistema de open data más centrado en la demanda y en las necesidades del ciudadano. Code for Africa ya promueve esta revolución en Ghana, Kenia, Nigeria y Sudáfrica, y en 2014 espera implantarse en Marruecos, Ruanda, Senegal, Tanzania, Túnez y Uganda. Entre sus logros está crear el mayor repositorio de datos abiertos del continente (openAFRICA), una base de documentos “liberados” (sourceAFRICA) y un repositorio de código cívico (codeAFRICA).

Cada cual con su enfoque y sus particularidades, todas estas iniciativas de programadores cívicos por el bien común coinciden en que abrir datos es necesario pero no suficiente. Su éxito o fracaso depende principalmente de su capacidad para identificar correctamente los problemas que toca resolver, así como de abrir una colaboración fluida entre activistas y empleados públicos en la fase más temprana posible. La revolución que quieren liderar, dicen los expertos, no estará tanto en abrir datos como en quienes aprovechen esta materia prima para generar impacto y cambios en la sociedad.

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