Ben Wellington, un hombre que está cuantificando esta ciudad, enseña estadística aplicada en el Instituto Pratt de Nueva York sin libro de texto, separatas ni dictado. La materia prima de los cálculos que realiza en clase son los datos abiertos municipales de la ciudad donde vive y trabaja. Su blog I Quant NY ha atraído la atención de los medios porque en él desvela anomalías, curiosidades e incluso malas prácticas en la gestión pública metropolitana, escrutando los propios datos que las agencias locales deben abrir por mandato municipal.
Pequeñas ideas
Wellington se declara fanático de las correlaciones. Dedica su tiempo libre a mapear las zonas desprovistas de cobertura de wifi pública, revelar qué puntos de venta de comida rápida son menos salubres e higiénicos, descubrir que la mitad de los neoyorquinos vive a menos de cuatro manzanas de un Starbucks o identificar un punto donde la prohibición de aparcar estaba muy mal señalizada. Esto último, tras comprobar que el dinero recaudado en multas en esa ubicación exacta era anómalamente alto.
Imagen: comparativa de accidentes y multas con ciclistas implicados. Fuente: iquantny
“Los datos abiertos juegan dos papeles. Aprovechas la energía de gente que siente pasión por descubrir cosas. Por otro lado, también haces de vigilante de la transparencia y la rendición de cuentas”, explica. “Quiero desenterrar tantos datos interesantes como pueda y sacarlos a la luz. Que sean los expertos los que escarben en ellos. No sé mucho sobre seguridad del tráfico, pero soy capaz de analizar los lugares más peligrosos, dárselos a la gente que realmente sabe sobre eso y dejarles hacer. No voy a sentarme yo ahí a hacer sugerencias sobre las infraestructuras”.
Algunas agencias municipales se han interesado por su método y sus hallazgos. Ha tenido “conversaciones preliminares”, pero Wellington se lo toma con moderado escepticismo: “las agencias no están muy seguras de qué hacer con estos datos abiertos al estilo ciudadano”, dice. “Cuando vas a alguien y le dices que algo no funciona, su primer instinto es ponerse a la defensiva”.
Grandes ideas
“Si vamos a seguir liderando este país en innovación y transparencia, vamos a tener que asegurarnos de que todos los neoyorquinos tengan acceso a los datos que mueven nuestra ciudad… catalizando la creatividad, el intelecto y el espíritu emprendedor de los programadores informáticos para crear herramientas que nos ayuden a todos a mejorar nuestra vidas”. Con estas palabras, el alcalde Michael Bloomberg convocaba a ocho millones de neoyorquinos a participar en el primer NYC BigApps Challenge, una invitación municipal destinada a mejorar los servicios y la calidad de vida de su ciudad por medio de la tecnología y de los datos abiertos.
El propio Bloomberg, creador de un gigante de la información, los datos y el software financiero, es un emprendedor tecnológico, y bajo su mandato se dieron pasos importantes para la promoción de la tecnología. Con él en la alcaldía, en 2012 el ayuntamiento de Nueva York aprobó una directiva por la que todas las agencias municipales deberán abrir la información que atesoran en formatos abiertos con 2018 como horizonte máximo.
El BigApps surge durante su administración, y está liderado por la Corporación para el Desarrollo Económico de la Ciudad de Nueva York (NYCEDC). A pesar de todo, el entusiasmo despertado en las primeras ediciones del concurso no se correspondía con el recorrido posterior de las aplicaciones en calidad (es el caso de Sportaneous, para organizar pachangas de cualquier deporte e invitar a otros a unirse), en número de usuarios (como el caso de Roadify, que no alcanzó un número crítico) o en mero éxito como emprendimiento. El problema residía principalmente en la continuidad de los proyectos presentados, y en particular su continuidad comercial, su cristalización exitosa en startups.
Los organizadores comprendieron que la clave estaba en concretar problemas reales y retos cívicos con una serie de mentores y colaboradores con conocimiento e interés directo en encontrar y patrocinar una solución. La edición de 2014, inaugurada por el alcalde De Blasio, trajo como primera gran novedad la apertura en datos abiertos de todo el registro de colisiones de vehículos a motor, un dataset considerado crítico por la comunidad, que los reclamaba desde hacía años. La segunda novedad se llamaba BigIdeas, y consistía en permitir a organizaciones, empresas y personas expertas en cuestiones como el medioambiente, la economía, la educación o la salud, patrocinar soluciones a retos cívicos importantes. Más de 80 mentores del ecosistema tecnológico, de agencias y departamentos gubernamentales y de organizaciones cívicas aportaron datos, recursos y premios -premiar la innovación funciona– para resolver retos que consideraban importantes. Retos bien definidos pero, al mismo tiempo, abiertos a la creatividad de los participantes.
Para esta última edición, la ciudad abrió al uso público más 1.100 conjuntos de datos, así como docenas de APIs, sistemas y dispositivos de partners privados. Tras cuatro meses de concurso surgieron proyectos como HealthyOut, de Wendy Nguyen, la aplicación ganadora en la categoría “Vida sana” de los BigIssues. Esta solución permite encontrar fácilmente lugares donde comer sano en cualquier lugar de la ciudad. La aplicación está siendo un éxito de descargas y ya está disponible en más de 500 ciudades.
Aquí se pueden consultar los ganadores el Big APPS NYC 2014. Los mentores lanzaron retos como mostrar de forma transparente el tratamiento y suministro de aguas de la ciudad, una herramienta para conocer la distribución y la demanda del consumo eléctrico, e incluso lograr datos en tiempo real de vacantes de trabajo y demandas que necesitan cubrir los empleadores en el mismo día. Este proyecto se llama NYC Hired, y sus promotores ya están trabajando activamente con las ONGs promotoras del reto para encontrar oportunidades laborales en tiempo real para los neoyorquinos.
A veces la simplicidad manda, como demuestra Explore NYC Parks, una app que permite encontrar los parques más cercanos y filtrar la información de acuerdo al tipo de instalaciones: barbacoas, playa, recorrido ciclista, campo de baseball, canoas, etc.
Otra app, CityRide, proporciona rutas y le dice al usuario de bicicletas públicas dónde recoger o aparcar una a través de sus Google Glasses.
Es muy importante que estos proyectos tenga durabilidad en el tiempo. Así, la oficina de Eric Adams, presidente del distrito de Brooklyn inició un programa piloto a partir de una app, Heat Seek NYC, para aplicarla en 10 edificios del distrito y lograr medir sus niveles de calor. El hardware de ese proyecto ganador de BigApps 2014 mide la presencia y ausencia de calor en el interior de edificios, recopila todos los datos en un plataforma y los pone al alcance de las autoridades públicas. Con ello, se busca que los inquilinos puedan optimizar el consumo energético en aquellas viviendas con excedente térmico al tiempo que se presiona a aquellos propietarios cuyas viviendas tienen problemas relacionados con la temperatura para que los puedan arreglar. Adams instalará uno de estos sistemas en su propia casa.
Promo Video (High Res) from Heat Seek on Vimeo.
A partir de esta última edición, el sistema de mentores parece haber supuesto una mejora. A cada uno de ellos se le pidió tan solo una disponibilidad de 15 horas durante tres meses para dirigir u orientar a los programadores en sus prototipos, conectar a los equipos participantes con socios potenciales para hacer pruebas de concepto y de mercado con sus aplicaciones, practicar con el pitch ante posibles inversores y ayudar en la difusión. A cambio, acceso a mucho talento creativo y reconocimiento a su contribución en el desarrollo de soluciones tecnológicas a retos cívicos importantes para los neoyorquinos. Un aprendizaje digno de tener en cuenta.