El tamaño del mercado es considerable: según la consultora Kantar Media, el 94% de los españoles utiliza un ‘smartphone’, frente al 41% de hace seis años. Pero, ¿cuántos utilizan este dispositivo para pagar?
Según el último informe Consumer Insights Survey, elaborado por PWC, en 2018 un 14% de los españoles ha comprado utilizando el ‘smartphone’ al menos una vez a la semana, tres puntos porcentuales por debajo de la media mundial (17%).
Sin embargo, aunque todavía quede camino por recorrer al comparar la adopción de su uso en diferentes países, es un canal de compra que no para de crecer en España y que actualmente registra el doble de penetración que en 2016, cuando sólo un 7% de los españoles compraba a través del teléfono móvil al menos una vez a la semana.
Hay numerosas opciones para que cualquier consumidor español pague desde su teléfono móvil. Coexisten los productos lanzados por fabricantes de teléfonos móviles, las empresas que dan servicios de telefonía y las entidades bancarias.
Ninguno de ellos quiere quedarse fuera del reparto de la tarta. Así, conviven las soluciones que ofrecen Google, Amazon, Facebook, Apple o Samsung; Movistar, Vodafone u Orange; y BBVA, Caixabank o Santander; e incluso empresas externas al sector como Starbucks.
Son ampliamente conocidas las ofertas de grandes tecnológicas como Google Pay y Apple Pay, a las que se unen otros servicios interesantes aunque menos asentados como Samsung Pay, disponible para los clientes de BBVA Compass; y la apuesta de compañías telefónicas como Orange Cash. Frente a ellos, la industria financiera ofrece sus propios productos.
Las soluciones del sector bancario en España
Además de Google Pay y Apple Pay, BBVA ofrece BBVA Wallet, su propia aplicación de pagos móviles. Está disponible tanto en Google Play, para sistemas operativos Android, como en la App Store, para sistemas operativos iOS. El objetivo del servicio es que los clientes de BBVA puedan acometer pagos de productos y servicios con su ‘smartphone’ con el mismo nombre de usuario y contraseña de bbva.es.
La aplicación es compatible con varias tarjetas y anota en un feed continuo cada uno de los pagos vinculados a la tarjeta con la que se pagó. Una de las ventajas de las que dispone BBVA Wallet son los paquetes de descuentos en todo tipo de productos asociados a su uso, con la posibilidad de ser geolocalizados desde la app.
Por otro lado, la oferta de CaixaBank se concreta en CaixaBank Pay, un monedero virtual disponible tanto para teléfonos Android e iOS. Con la aplicación descargada, cualquier cliente de CaixaBank puede sacar dinero de los cajeros o pagar en tienda física directamente con el ‘smartphone’ en el TPV sin necesidad de hacer contacto con él, gracias a la compatibilidad con tecnología NFC (Near Field Communication, o Comunicación de Campo Cercano). Además, CaixaBank está asociada a Ealia, un sistema de pago móvil entre particulares: el método permite que un usuario puede ingresar dinero directamente en la cuenta de un destinatario sólo con un número de teléfono móvil o un correo electrónico.
Santander Wallet es otro de los monederos virtuales asociado a una entidad bancaria. La aplicación posibilita pagos móviles a través de tecnología NFC y en dispositivos Android e iOS. Permite el envío de dinero a los contactos de la agenda sin conocer la cuenta del destinatario. El método de pago da acceso a toda la información de transacciones o servicios vinculados a las tarjetas, con la posibilidad de llevar a cabo distintas operaciones.
No son los únicos métodos de pago móvil en España ofrecidos por bancos. Existen muchos otros ejemplos de aplicaciones que facilitan el pago desde un ‘smartphone’: los monederos virtuales Sabadell Wallet y Bankia Wallet o la aplicación de ING Direct.
Modelos de éxito en otros mercados
Frente a la timidez de los avances en mercados como el español, hay ejemplos internacionales que demuestran toda la potencialidad de los pagos por el móvil, salvando las distancias que marcan los diferentes niveles de bancarización y tejido económico y empresarial. Uno de los más llamativos se produce en Kenia.
M-Pesa (M de móvil y Pesa de dinero en swahili) es un producto de telefonía móvil de Safaricom, la filial de Vodafone en Kenia. M-Pesa permite pagar y recargar el saldo del teléfono móvil, enviar dinero a usuarios o no usuarios del servicio, retirar dinero en cajeros automáticos…
Lanzado en 2007, Safaricom comenzó con proyectos pilotos, de menos de 500 personas, con el objetivo de ir perfilando todos los aspectos tecnológicos y de experiencia de usuario. A partir de ahí, se lanzó el servicio a través de 750 tiendas físicas en las 69 regiones administrativas de Kenia, no sin problemas técnicos. Pero en marzo de 2016, M-Pesa alcanzó los 25 millones de usuarios, no sólo en África, también en Asia o en Europa, donde están presentes en Rumanía.
La idea es que termine por colonizar el continente africano a través de Uganda, Tanzania, Sudáfrica, República Democrática del Congo, Mozambique, Lesoto o Ghana.
Gracias a procesadores de pagos como M-Pesa, casi el 60% de la población de Kenia utiliza el móvil para realizar pagos y cobros de todo tipo, sin necesidad de asistir a ninguna sucursal. Se les ha facilitado un servicio que reclamaban a través de un dispositivo que ya conocían, el teléfono móvil, y así el circuito financiero ha incorporado a personas que estaban totalmente fuera de él.
Pero aparte del caso extraordinario de Safaricom en Kenia, los expertos siempre dicen que si existe un país que ejemplifica a la perfección el comportamiento evolutivo que tendrán los pagos móviles en los usuarios a nivel mundial es China. Es el microclima que anticipa la evolución natural de los hábitos de consumo con respecto a los pagos móviles, donde el ‘smartphone’ era ya en 2015 la herramienta principal para realizar pagos.
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