En la “era del dato”, muchas ciudades se encuentran afanadas en abrir la información de sus servicios municipales y ponerla a disposición de terceros con una motivación comercial (generar productos y servicios con valor añadido), cívica (permitiendo el acceso ciudadano) o ambas. Pocas lo hacen mano a mano y persistentemente con programadores y desarrolladores. Y menos aún, compartiendo experiencias, avances, modelos y tecnología con otras ciudades durante el proceso. Conozcamos uno de estos casos, qué ha funcionado y qué no.
City SDK es un consorcio europeo de 23 organizaciones colaboradoras en nueve países que ayuda a municipios abrir sus datos al ciudadano interviniendo en la fase técnica: proporcionando a los desarrolladores informáticos las herramientas que necesitan para crear aplicaciones escalables de una ciudad a otra. En este programa de colaboración a dos años y medio, que empezó en enero de 2012 y está a punto de finalizar, participan las ciudades de Ámsterdam, Barcelona, Helsinki, Estambul, Lamía (en Grecia), Lisboa, Manchester y Roma. Tres organizaciones expertas en desarrollo cívico urbano como Forum Virium Helsinki (líder del programa), FutureEverything y la Waag Society tienen un papel protagonista. También se ha involucrado un grupo de firmas tecnológicas (Alfamicro, Gnosis Computers, ISA-Inteligent Sensing Anywhere y otras), cinco centros de investigación académica, entre ellos ESADE en España, y una red de innovación urbana como la European Network of Living Labs.
Con administraciones de todo el continente buscando y aprendiendo por ensayo y error cómo abrir sus datos en provecho de los usuarios de servicios públicos y de incentivar su propia actividad económica, el método de City SDK consiste en agilizar la reutilización de los desarrollos que llevan a cabo.
Dame un palanca y moveré…
El Development Toolkit for City Services es su caja de herramientas, un conjunto de propiedades de desarrollo y aplicaciones para servicios digitales pensado para ciudades. Con interfaces de servicio abiertas e interoperables entre sí (mismos procesos, mismas guías de uso, mismos estándares de usabilidad), programadores y comunidades enteras de desarrolladores pueden aplicar con más eficacia sus capacidades al servicio del desarrollo municipal. Para la creación de este kit, el consorcio ha contado con la colaboración de Code for Europe, uno de los polos de programación cívica que trata de replicar los éxitos de su homólogo norteamericano, la potente Code for America, con base en San Francisco.
El presupuesto total de City SDK asciende a 6,8 millones de euros, de los que 3,4 proceden de fondos de la Unión Europea (EU ICT Policy Support Programme). Este dinero se ha invertido en poner en marcha tres líneas de trabajo –Smart Participation, Smart Mobility y Smart Tourism-, y llevarlas a la práctica con tres proyectos piloto: el de participación en Helsinki, el de movilidad en Ámsterdam y el de turismo en Lisboa. Una vez testeados, una comunidad pan-europea de desarrolladores ya curtidos en su nodo local los replica en otras ciudades. Y, para ello, se fomenta la celebración de hackathones, concursos de apps, retos de programación y meetups.
Las apps que usan la API de participación de Helsinki, siguen el modelo ‘fix the city’, y se basan en Open311.org, un sistema de la neoyorquina OpenPlans que facilita la interacción entre el ciudadano y su municipalidad. Así, Korjaa Kaupunfi (“arregla la ciudad”) y Metro Fiksaa trasladan cada sugerencia o queja directamente a un gestor público municipal. La línea Smart Mobility nos lleva a Ámsterdam, donde una API reúne de múltiples fuentes y transmite información en tiempo real del estado del tráfico y el transporte público. Mediante geolocalización, cada usuario puede ayudar a otros con consejos vía móvil (tiempos de espera, atascos), como un “asistente de viaje personal”. Por su parte, en Lisboa (nodo piloto de Smart Tourism) se ha creado un marketplace de aplicaciones muy sencillas para web y móvil basadas en datos abiertos.
Finalmente, desde Manchester, particularmente desde su ayuntamiento, se identifican públicos objetivos, instituciones y empresas que puedan estar interesadas en usar estas herramientas. El contacto entre gestores municipales y desarrolladores es prioritario, y nunca es lo suficientemente estrecho para lograr cambios profundos en el modo en que se relacionan las ciudades y los programadores. Los datos abiertos son la piedra angular. El código open source, las APIs, la metodología SCRUM que siguen… técnicamente todo hubiera sido imposible de realizar hace tan solo cinco años.
Abrir datos de mayor calidad y demanda
Con más de dos años de recorrido toca también traducir esta interrelación internacional entre ciudades y programadores en avances mensurables y en negocio, investigación e innovación. Entre las principales barreras para innovar que menciona este informe, se apunta a “la vacilación, a veces incapacidad, de empleados públicos y administraciones para abrir datos de alta calidad y alta demanda”, como los del tráfico en tiempo real. Es una de las reclamaciones más frecuentes de los reutilizadores de datos, en casi todos sitios. Si no abres conjuntos de datos valiosos, no esperes que nadie cree con ellos nada que añada un mínimo de valor. En cambio, un gestor municipal puede preguntar antes a los ciudadanos qué herramientas echan de menos y a los desarrolladores qué datos necesitan para crearlas.
También se apunta a que las municipalidades “reclaman resultados demasiado rápido”, cuando resulta obvio que establecer un ecosistema de innovación exige invertir dinero, tiempo y crear muchas relaciones. El consorcio City SDK no contaba con un modelo previo para explotar comercialmente las APIs, así que ahora son los propios miembros los que ya están tratando de escalar en forma de start-up o de distintos proyectos de emprendimiento tecnológico. Aún está todo por hacer. En términos de innovación y de estandarización tecnológica, los frutos de tanto trabajo están abiertos a cualquiera que quiera usarlos, así que City SDK deja un repositorio codificado y reutilizable en forma de aplicaciones y un profundo conocimiento entre sí de más de 20 actores que, se espera, fructifique en nuevos proyectos y futuras colaboraciones.