Tejidos inteligentes, drones, robots, ordenadores, wearables caseros, Internet de las Cosas… Desde que Chris Anderson acuñara el término ‘Do It Yourself’ (DIY) en 2010 en su artículo ‘In the next industrial revolution atoms are the new bits’, publicado en la revista Wired, son muchos los proyectos que han puesto en marcha los entusiastas del hardware abierto, el software libre y el crowdsourcing. Anderson lo calificó entonces como la nueva revolución industrial y, casi cuatro años después, aquella definición no parece una locura poética.
El movimiento ‘Hazlo tú mismo’ siempre estuvo vinculado a la creación de piezas o dispositivos al margen de las grandes tecnológicas, que pelean por hacerse con el control de las patentes. DIY reúne a los emprendedores y desarrolladores que usan materiales de código abierto para hacer su propia tecnología. Sin embargo, algunas empresas como Microsoft o Intel, atraídas por lo que es una nueva línea de negocio, intentan competir en el mercado del hardware de bajo o medio coste.
El embrión de todo ese movimiento fue una plataforma de open source como Arduino, una placa base con un microcontrolador y un entorno de desarrollo propio (lenguaje de programación Proccessing/Wiring y un cargador de arranque), que permite una gran variedad de proyectos de emprendimiento tecnológico. Es la más conocida y usada, pero no es la única alternativa dentro de un mercado que crece constantemente.
Raspberry Pi, BeagleBone, Sharks Cove, Minnowboard MAX, Nanode, Waspmote o LittleBits son algunas de las alternativas más interesantes a Arduino. Evidentemente, Arduino y Raspberry Pi son, sin duda alguna, los que más atención acaparan dentro de la comunidad de desarrolladores de software. Y eso se ve reflejado en las tendencias más importantes en Google Insights.
Raspberry Pi, un miniordenador británico low-cost
Raspberry Pi es una placa computadora u ordenador de placa reducida (Single Board Computer-SBC) de bajo coste desarrollada por la fundación británica Raspberry Pi. La placa dispone de un System-on-a-chip Broadcom BCM2835, con un procesador central de 700 MHz, un procesador gráfico (GPU) y una memoria RAM de 512 MB. Raspberry Pi no tiene disco duro (usa una tarjeta SD) ni fuente de alimentación. El modelo B de la placa, el más completo, se vende desde febrero de 2012 y el modelo A, desde febrero de 2013. Su precio ronda los 35 dólares.
Este miniordenador, con un tamaño de 8.5 x 5.3 cms, tiene varios puertos de entrada y salida: dos USB, uno de Ethernet y una salida HDMI. Gracias a ellos, la placa se puede conectar a otros dispositivos como un teclado, un ratón, una pantalla de ordenador o un televisor.
Esta placa se puede utilizar para muchos proyectos diferentes: montar un acceso WiFi alternativo dentro de una casa o una oficina, este es un tutorial bastante completo para hacerlo; también puedes diseñar una pantalla táctil para el coche donde reproducir música, vídeos o montar un centro multimedia para gestionar tus archivos; o tunear a medida el ‘alma’ de un robot.
BeagleBone, un miniordenador de 89 dólares
BeagleBone tienen un procesador ARM A8 cortex a 700 Mhz y una memoria RAM de 256 MB. Mide 9 cms de largo y 5,5 cms de ancho, lee tarjetas microSD, tiene un puerto USB para conectar un periférico o utilizarlo como fuente de energía, un micro USB para conectarlo a otro ordenador, un conector Ethernet y un conector RJ45. En estos momentos hay dos modelos de placa, la BeagleBone Clásica, de 89 dólares, y la BeagleBone Black, algo más barata.
Como BeagleBone funciona con Linux, cualquier desarrollador puede hacer su propio software en una gran variedad de lenguajes: C, C++, Java, Python, Ruby, PHP, Javascript, Node.js… Además es compatible con otros sistemas operativos como Android, Ubuntu o Debian. Las posibilidades son enormes.
– Sensor de temperatura
– Una araña-robot
Sharks Cove, alternativa de Microsoft e Intel a un precio mayor
La placa Sharks Cove está diseñada para desarrollar hardware para los sistemas operativos de la compañía de Redmond, Windows y Android. Tiene un procesador de 1,33 GHz, por tanto es más potente que otras opciones como Arduino y Raspberry Pi. Dispone de una memoria RAM de 1 GB, un almacenamiento Flash de 16 GB y un lector de microSD. Su precio es 300 dólares.
Evidentemente, comparar Sharks Cove con otras opciones más económicas puede ser un gran error. Una placa como Raspberry Pi está concebida para proyectos independiente de desarrollo de hardware, mientras que Sharks Cove pretende ser una opción algo más profesional para empresas y profesionales que desarrollen software para dispositivos Windows o Android y en proyectos System-on-a-chip. Esta es la guía de Sharks Cove para desarrolladores.
MinnowBoard MAX, opción low-cost de Intel
Intel y la empresa CircuitCo lanzaron este 2014 la segunda versión de sus MinnowBoard por 99 dólares. Tiene un procesador Intel Atom de 64 bits a 1,46 GHz y una memora RAM de 1 GB. La MinnowBoard con 2 GB de RAM cuesta 129 dólares. Al tratarse de un hardware de código abierto, todos los ficheros de diseño están bajo licencia Creative Commons. En el canal de Youtube de MinnowBoard se pueden ver varios vídeos de su uso en robótica.
Nanode: prueba el Internet de las Cosas
Nanode es un proyecto de hardware de código abierto que, entre algunas de sus aplicaciones, se encuentran soluciones para el Internet de las Cosas. Su desarrollo es obra de Ken Boak, en el marco del Hackspace de Londres, una comunidad de desarrolladores donde se comparten ideas y herramientas. Nanode es una evolución de Arduino, pero que es capaz de conectarse a internet a través de un navegador o una API.
Así, Nanode permite a cualquier desarrollador utilizarlo como su servidor privado de proyectos web, como conexión con otros dispositivos o como captador de datos ambientales a través de la colocación de sensores. Un ejemplo muy conocido de su uso fue el experimento llevado a cabo por Nat Morris, que mediante su conexión con Twitter fue capaz de dar de comer a su perro de forma remota. Se puede ver en este vídeo:
Waspmote, una red de sensores inalámbricos
Waspmote también es una de las alternativas más potentes para conectar dispositivos o recabar datos con sensores. Su creadora es la startup española Libelium, con sede en Zaragoza y dedicada fundamentalmente al IoT, las Smart Cities o las soluciones M2M (machine to machine). Waspmote tiene infinidad de usos prácticos: medición de los niveles de polución, contaminación acústica o radiación nuclear, control de incendios forestales, optimización de servicios de recogida de basuras, gestión de aparcamientos o de campos dedicados a la agricultura.
LittleBits, el mecano electrónico
LittleBits es un kit que contiene una batería, sensores de luz o de movimiento, fuentes lumínicas o acústicas, botones, cables, motores… La idea es que, gracias a la posibilidad de ensamblarlos mediante imanes, cualquier amante del hardware puede diseñar sus propios proyectos.
Hay cientos de vídeos que demuestran su utilidad para diseñar tejidos con luces en movimiento, controlar la seguridad de una caja fuerte, alertar del encendido de un dispositivo como una televisión o un ordenador, conectarse a los electrodomésticos de una casa a través del móvil… Y todo esto de una forma sencilla.
Esta fiebre del hardware de código abierto permite a casi cualquier persona experimentar sin ayuda con el diseño de wearables (dispositivos ponibles) improvisados o un Internet de las Cosas para el hogar. Además, puede ser una forma muy divertida de enseñar electrónica a los niños o conectar a los más mayores de la casa con las nuevas tecnologías.