Evolución de open banking en 2017 y perspectivas de futuro

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Negocio API / 21 diciembre 2017
Evolución de open banking en 2017 y perspectivas de futuro
Evolución de open banking en 2017 y perspectivas de futuro

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A las puertas de la llegada masiva de las nuevas normativas en la Unión Europea y de un cambio de ritmo en la banca internacional, es hora de mirar adelante y evaluar cuáles serán los principales retos inmediatos de esta nueva forma de gestionar los datos financieros para empresas y ciudadanos.

Según un estudio del Open Bank Project realizado con entrevistas a directivos y ejecutivos del sector financiero, durante los próximos 12 meses, la mayoría de las compañías esperan un aumento de productividad y eficiencia, mayor innovación con contribuciones de terceras partes y mayor agilidad.

El 32,4% de los encuestados han señalado que acabarán el año utilizando APIs abiertas en sus sistemas, una cifra ligeramente superior a la obtenida durante el año anterior. Sobre el futuro, el 52,6% han afirmado que consideran lanzar iniciativas abiertas o con socios durante 2018. Esto indica que hay un sector de la banca financiera que ya estaba preparado de antemano y otro que se plantea acelerar la adopción de nuevas APIs a partir de ahora.

Open Bank Project

Los sistemas de banca europea parten de una ventaja comparativa con respecto a sus compañeros estadounidenses y asiáticos. Un marco regulatorio más favorable en el Viejo Continente elimina barreras para adoptar APIs abiertas e internas. Solo un 48% de los encuestados por el Open Banking Project ha visto en la burocracia un impedimento para ir adelante, frente al 69% en Estados Unidos y el 64% en Asia. También hay una ventaja europea en cuanto al conocimiento de las propias tecnologías, especialmente comparado con el mercado financiero asiático.

Los retos de la implementación de APIs han permanecido inmutables en las respuestas de los encuestados, pero se rebaja la preocupación general. En 2017 ha habido un mayor presupuesto para implementar medidas y se ha reducido el recelo a las nuevas regulaciones externas.

El principal reto sigue siendo la falta de comprensión interna para poner en marcha iniciativas con APIs, bien sea creándolas o adoptándolas. El 46% ha citado la falta de experiencia con el mercado general e incertidumbre con el nuevo marco de PSD2. Una PSD2 que sigue siendo uno de los motores principales detrás de la adopción de APIs, como se esperaba. La entrada en vigor del marco regulatorio debe espolear a las empresas que habían quedado rezagadas.

Según el departamento financiero de McKinsey, los PISP (como AliPay o Klarna) tendrán un rol que jugar mucho más aparente en 2018 con la llegada de PSD2. Algunos como Klarna incluso han optado por obtener una licencia bancaria tradicional. El consenso, cita McKinsey, es que los PISP serán el motor de más innovación y disrupción.

En cuanto a los beneficios citados, la atención al cliente y el desarrollo de nuevos servicios siguen estando a la cabeza de los ejecutivos y directivos. Más de tres cuartas partes han incidido en que esperan conseguir mejor gestión al cliente a través de nuevas APIs, bien sea a través de aplicaciones propias o de permitirles gestionar sus datos financieros desde plataformas externas.

Open Bank Project

El consenso de los directivos encuestados sigue estando en que la banca sufrirá una transformación hacia la oferta de plataformas, permitiendo a terceros construir servicios por encima de ellas. Otras empresas financieras esperan convertirse en agregadores de servicios financieros que ofrezcan una nueva experiencia digital donde los bancos, ofreciendo la mejor experiencia a los consumidores, se establezcan como los ganadores.

Educar a los consumidores y clientes sobre los permisos y privacidad de sus datos “será la línea más complicada para las entidades financieras”. Esta es una de las conclusiones del informe de McKinsey citado anteriormente. Para complicar algo más las cosas, parece haber una desconexión entre lo que los consumidores encuentran sensible y frente a los bancos y reguladores. Un reto a futuro para los departamentos de comunicación y marketing de entidades financieras, tanto establecidas como startups.

Por último, algunas de las respuestas indican que habrá una diferenciación entre “vieja banca” para alojar el dinero con una “nueva banca” que ofrezca servicios de valor añadido de forma digital. Un tándem que podría servir para mantener clientes que no busquen ni aprovechen todas las ventajas de la nueva banca abierta.

Una banca abierta que se espera que reduzca los costes de cambiar de entidad, o que permita a los clientes mantener su cartera dividida entre una selección más amplia de productos de diferentes bancos. Aquí es donde la banca tradicional adaptada al futuro del open banking y las startups fintech que han nacido en este nuevo ecosistema competirán de forma activa.

En definitiva, las respuestas indican que los años de 2016 y 2017 han sido el punto de inflexión para la banca abierta, con la mayoría (52%) de profesionales consultados reconociendo que están considerando lanzar APIs abiertas o para socios a corto plazo. La reducción de costes de operación, la capacidad para ofrecer mejor servicio al cliente y la posibilidad de abrirse a nuevas fuentes de ingresos siguen siendo los principales motivos que llevarán adelante la adopción del open banking en los años venideros.

 

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