BBVA API Market
Los últimos años han sido clave en la transformación digital, y en 2020 no quedará ninguna empresa que no conozca, al menos, el poder de las APIs para su cuenta de resultados. Ese escenario es lo que se conoce, a día de hoy, como la economía de las APIs.
En un mundo tecnológico tan competitivo como el actual, en el que mantener las organizaciones a flote exige mucho talento y esfuerzo, entender la influencia de las interfaces de desarrollo de aplicaciones para el negocio y los nuevos canales de generación de ingresos es vital.
Las APIs (interfaces de desarrollo de aplicaciones, por sus siglas en inglés) ya no son, ni siquiera, una elección empresarial. Son la gasolina que alimenta todo el sistema de negocio. Empresas como Amazon, Facebook o Google ofrecen APIs para conectarse a sus servicios y otras como Uber son compañías API que alimentan su negocio con interfaces de terceros para ofrecer servicios a sus usuarios.
La economía de las APIs permite a las empresas extraer el mayor valor posible de sus datos o de la información de terceros a través de la creación de experiencias y servicios atractivos para los clientes. Las interfaces de desarrollo de aplicaciones son pasarelas que conectan esos datos con servicios, aplicaciones y sistemas digitales en campos tan dispares como el sector de la banca, el retail, la comunicación y los contenidos, el ocio, el entretenimiento, el comercio electrónico, los servicios en la nube… Hay decenas de campos y utilidades.
Las necesidades de esos clientes están impulsando dentro de las organizaciones el desarrollo de APIs más eficientes para la creación de productos y servicios clave para el negocio.
Al final, es una transformación en un doble sentido: primero, la evolución de los equipos de Desarrollo y Negocio para impulsar la mejora de las interfaces de desarrollo de aplicaciones y, segundo, convertir el negocio de las organizaciones en una plataforma. Un escenario en el que las compañías son empresas tecnológicas donde los ingresos giran alrededor de las APIs.
Una empresa entendida como una plataforma que gira en torno a una API es capaz de multiplicar su capacidad de crear valor: conecta distintos ecosistemas de negocio fuera y dentro de la propia organización para crear nuevas soluciones dentro y junto a terceros, intercambia de forma natural conocimiento, bienes y servicios, y siempre está en disposición de descubrir otros canales de ingresos.
A día de hoy, Programmable Web , el sitio web de referencia contempla un directorio con más de 22.000 APIs.
Una de las categorías más destacadas es el sector de las finanzas y la banca. Es uno de los campos más productivos en la creación de nuevas APIs, en gran medida por el enorme volumen de datos de sus clientes y el valor de esa información. Además, el sector fintech ha supuesto un impulso inmenso en el cambio cultural y en el lanzamiento de nuevos productos y servicios digitales a partir de las APIs aportadas por bancos como BBVA, que han entendido a la perfección el poder de la economía de las APIs.
BBVA API_Market ha lanzado comercialmente once APIs en España (Customers, Accounts, Business Accounts, Business Notifications, Cards, Payments, Loans, Notifications, SEL), cuatro en el mercado de EEUU (Customers, Accounts, Cards y Payments) y otras tres en México (Accounts, Loans Auto y Locations).
Todas ellas son APIs con datos de particulares -clientes de la entidad bancaria que previamente han autorizado su uso-, salvo Business Accounts y Business Notifications, que contienen información financiera sobre empresas y PayStats, con datos de transacciones reales de tarjetas, con información agregada y anonimizada.
Además del financiero, existen otros sectores con una relevante producción de APIs:
El directorio de Programmable Web no solo tiene indexadas más de 21.000 APIs, también dispone de referencias de más de 14.000 SDKs (kits de desarrollo de software), más de 1.600 librerías y más de 500 marcos de desarrollo.
Estas cifras son una buena referencia del nivel de crecimiento que está experimentando esa economía API de la que dependerán las organizaciones del futuro. Son el chivato de una revolución: convertir las empresas y sus modelos de negocio en plataformas que transformen su relación con el exterior, la incorporación del conocimiento ajeno y el impulso de otros canales de ingresos.
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