La banca corre el riesgo de pinchar entre las generaciones millennial y Z. Según el estudio Millennial Disruption Index, elaborado por Scracht, el 53% de estos jóvenes no aprecia ninguna diferencia entre su banco y los competidores, y uno de cada tres estaría por esto dispuesto a cambiar de entidad en los próximos 90 días. Además, tres de cada cuatro millennials afirman que estarían más interesados en una oferta de nuevos servicios de los GAFAs (Google, Amazon, Facebook, Apple) que de su propio banco.
¿Qué buscan financieramente entonces los millennials? Algo muy particular y diferente entre sí. Constituyen la primera generación que utilizó el teléfono móvil para investigar, experimentar y contratar. Para llegar al corazón de la también conocida como generación DIY (Do it yourself, hazlo tú mismo por su traducción en español), basta con ofrecerles las herramientas para crear.
“Cualquiera en un futuro muy cercano será capaz de crear su propio banco a partir de aplicaciones, APIs y analítica”. La premonición la hace Cris Skinner, el gurú del Banking as a service (BaaS), una de las voces más autorizadas para las prospecciones sobre el porvenir de la banca y otro experto que vuelve a colocar al cliente en el epicentro del negocio, mirándole de igual a igual y dejando que desarrolle sus propios productos.
La incorporación de las fintech al sector ha hecho que la banca se ponga las pilas a la hora de seducir a los millennials. Al tiempo y según se explica en The future of banking as a service, Baas (Unnax), la regulación (PSD2 en el caso de la Unión Europea, pero también el Open Banking Standard de Reino Unido) y la publicidad de las administraciones para poner al día al consumidor están terminando de orientar al cliente acerca de lo que desea de su proveedor. “Y, sobre todo, de lo que ya no desea. Y ya sabemos que la demanda es el mejor estímulo para la competencia”, se lee. Con tanto poder en su mano, ¿saben los clientes lo que quieren? “Sin duda, ellos serán los que marquen el futuro del Banking as a Service”, responde Unnax en su ebook.
Cuenta Cris Skinner que la primera vez que habló de BaaS fue en un post en su blog publicado en 2008. Siete años después recordaba aquella primera entrada en la que ya pronosticaba que cada cual sería capaz de crear su propio banco gracias a plataformas BaaS.
En octubre pasado, BBVA lanzó BBVA Open Platform. Desde esta atalaya, ofrece una amplia gama de productos y servicios de BaaS a través de APIs a empresas que deseen ofrecer a sus clientes productos financieros sin entrar directamente en el negocio bancario. Funciona como una plataforma de desarrollo completamente unificada: permite a las empresas interesadas construir soluciones bancarias para sus clientes de forma flexible y ofrece infraestructuras escalables de tecnología financiera y comercio electrónico.
Si lo pensamos, la banca funciona como una relación entre dos partes. Las personas mantienen un vínculo estable con una o más entidades bancarias que les proporcionan determinados servicios, a menudo en un régimen de casi exclusividad. Como ninguna le ofrece productos personalizados, el cliente tiene pocos incentivos para cambiar de banco o buscar alternativas. La tecnología y, sobretodo la PSD2, puede transformar este paradigma, pues permite a terceros ofrecer productos y servicios bancarios a los consumidores sin que medie una relación bancaria entre ellos.
Por lo tanto, “construir tu propio banco”, explica Julián Díaz-Santos, cofundador de Unnax, adquiere un doble sentido muy interesante: por una parte, “los consumidores podrán acceder a servicios bancarios de diferentes proveedores y crearse su ecosistema bancario particular, que les proporcione todo aquello que actualmente reciben de un banco de forma más modular y flexible”; por otra, “existe la posibilidad que aparezcan servicios de creación de bancos personales de marca blanca basados en las nuevas tecnologías, la PSD2 y el paradigma open banking”.
Es corriente en el mundo fintech que los primeros usuarios de cualquier negocio colaboren en el desarrollo de la experiencia de cliente. Uno de los casos a destacar es la comunidad que ha organizado BNext alrededor de su negocio y su paquete de productos made for millennials, servicios financieros enfocados en el cliente en lugar de en el servicio en sí. Otro ejemplo es Bnc10, el nuevo neobanco de Barcelona. “Su enfoque es 100% user centric”, explica, “y los futuros usuarios tienen un peso importante en las características del producto”, describe.
Subirse a la ola
No es suficiente con tener el mejor equipo de inversión o el equipo de análisis financiero: los bancos también necesitan crear software, aprovechar el análisis de datos, incorporar el aprendizaje automático y generar otras experiencias transformadoras. En definitiva: subirse a la ola.
La idea, para Pablo Blasco, director de Fintech Spain, es que a través de la inteligencia artificial se construyan determinados productos cada vez más personalizados gracias al análisis de datos, aunque el codiseño propiamente dicho, en esta área, queda aún lejano. “Veo más interesante trabajar sobre la experiencia de cliente”, dice, “y en darle facilidades”.
Este nuevo empoderamiento del consumidor elevará la categoría del BaaS, que hasta hace poco era casi anécdota, y llevará a los proveedores, nuevos o tradicionales, a buscar estrategias con las que seducir a los más jóvenes. “Gracias al BaaS, el consumidor utilizará los servicios bancarios, tal y como ahora utiliza un smartphone”, explica Díaz-Santos, desde Unnax. Podrá bajarse aquellos servicios que más le gusten o interesen de cada banco, continúa. Por ejemplo: descargará el gestor de tesorería de la entidad A, tendrá una financiación con el banco B, tarjeta de crédito con el banco C y un leasing con el banco D. Todo ello gestionado desde su propio teléfono. “Capacidad 100% de diseñar sus propios productos financieros”, insiste sobre un modelo que parece que encaja como un guante en la generación Millennial.
Para el director de Fintech Spain, el caso más notorio de este ‘DIY (hazlo tú mismo por sus siglas en inglés) gracias al Baas’ está en el segmento del marketplace lending para empresas, en el que inversiones no profesionales contribuyen a la financiación de pequeñas y medianas empresas en todo el mundo.
El Baas ha provocado un cambio necesario en la relación banco/cliente. Impulsados por una menor dependencia de las sucursales y una mayor adopción de las capacidades digitales y móviles, los bancos se están centrando en crear soluciones que proporcionen experiencias valiosas, sin esfuerzo, confiables y personalizadas a sus clientes.
Si lo hacen solos, tienen mayor riesgo de fracaso. Además, el uso eficiente de una estructura BaaS libra al proveedor de servicios de tener que desarrollar todos los servicios periféricos necesarios, incluida la autenticación y la seguridad. Al trabajar en equilibrio con el cliente, las posibilidades de éxito aumentan exponencialmente.
En esta nueva forma de hacer las cosas, los millennials apreciarán que su relación con el proveedor de servicios financieros sea lo más de igual a igual posible; todo lo contrario a lo que pasaba en el cerrado entorno bancario previo.
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