El ecommerce no ha dejado de crecer de forma sostenida en España, con la excepción de una pandemia ya superada en materia de compras virtuales.
El ecommerce lleva algo más de dos décadas abriéndose camino entre los españoles. Lo que en el año 2000 era una actividad marginal y de nicho es ahora una práctica casi universal. Casi todos los españoles con acceso a internet compran de forma regular online. ¿Cómo crecerá el sector? ¿Cómo ayudan las finanzas integradas, los mecanismos de securización, o las pasarelas de pago?
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¿Qué es el ecommerce?
Ecommerce es el anglicismo para señalar el comercio electrónico, esto es, el comercio que transcurre a través de medios digitales. Aunque menos usado, se admite llamarlo cibercomercio, al hacer uso de redes informáticas para la realización de la compra. Una forma más actual de definirlo es como todo aquel comercio que pasa a través de una pantalla e internet.
En algunas ocasiones, el término ecommerce hace referencia a la herramienta específica mediante la cual se despliega una tienda virtual en una página web, una red social, aplicaciones para móvil (m-commerce), etc. Mientras que algunas fuentes enlazan elementos como el pago con el móvil o la venta de activos digitales dentro del ecommerce, hay cierto debate sobre sus límites.
La evolución de los ecommerce en España
En 2008, un estudio de Nielsen confirmaba que nueve de cada diez internautas españoles habían comprado algo por internet, obviamente muchos con ayuda o de forma esporádica. Pero casi la mitad de las personas que usaban internet en aquella época (principalmente en un ordenador, el primer smartphone es de 2007), habían adquirido algo durante el último mes.
Desde entonces, el sector de las compras por internet ha ido creciendo con rapidez y relativa constancia. Hasta la pandemia, que marca una nueva línea en la adopción del ecommerce en España. Durante 2020 hubo un apuntalamiento y crecimiento sostenido de las compras online, seguido de una bajada durante 2022 que queda por encima de los máximos de 2019. Lo vemos en detalle:
Cinco años de crecimiento sostenido en 2019
El año 2019 fue un año excelente para el comercio electrónico en España, como de hecho lo fueron los cinco años anteriores, que presentaron trimestre por trimestre un crecimiento sostenido y uniforme, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Como puede observarse en el gráfico adjunto, el crecimiento del sector llevaba años sostenido sobre el 20 % en un crecimiento que podría llamarse ‘orgánico’: ni se forzaba ni había rupturas con la demanda. A medida que la población perdía el miedo a la compra digital, el sector crecía sin llegar a la saturación.
Aunque sí ha habido puntuales dolores de crecimiento que se han ido corrigiendo con sistemas escalables, apertura de puntos de distribución localizada, búsqueda de alternativas para el reparto de última milla como la bici de carga, etc.
¿Qué ocurrió en 2020 con el ecommerce?
En 2020 se dieron, a la vez, dos fenómenos simultáneos y aparentemente contrapuestos: por un lado, el comercio electrónico ganó cuota de mercado debido a la pandemia; mientras que por otro las familias entraron en una dinámica de ahorro que redujo el total de las compras de todo tipo.
El resultado agregado fue un ‘bache’ en el crecimiento del sector de la venta online, pero uno que se mantuvo siempre con un crecimiento positivo, aunque en el segundo trimestre de 2020 este fuese del 0,2 % interanual. No hubo retroceso, pero sí cautela por la pandemia. Ese ‘bache’ fue superado en 2021.
2021, un año atípico para el comercio electrónico español
El ecommerce en España presentó en 2021 un año atípico si se comparaba con el resto del mundo: mientras que fuera de nuestras fronteras el comercio electrónico caía 2 puntos, en España crecía un 5 %, según datos de Shopping Index de Salesforce. Era el único país de Europa en que este tipo de comercio crecía en lugar de retroceder. Pero, ¿por qué este comportamiento?
En parte, esta tendencia se explica por la demora que tenía el país en relación con las compras digitales. Antes de la pandemia, España iba a la zaga del resto de Europa en materia de consumo digital y compras online, por lo que el empuje de la pandemia hizo que destacase con un crecimiento acelerado que otros países habían ido desarrollando de forma más lenta durante años.
Como puede observarse en los datos facilitados por la CNMC para estas fechas, la evolución interanual del volumen de negocio del ecommerce tuvo dos cifras de crecimiento en 2021. La disparidad entre la CNMC y Salesforce se encuentra en la metodología, siendo más fiable la de la Comisión. En el mismo gráfico se observa cómo el cuarto trimestre de 2019, 2020 y 2021 están alineados.
Una aparente recesión en 2022
De acuerdo con algunas métricas como los euros por compra, la frecuencia de compra o la tasa de conversión, España aún tiene más margen de crecimiento que países de nuestro entorno, aunque en 2022, con una pandemia cada vez más superada y comercios offline abiertos de nuevo a la población, la tendencia de crecimiento se ha truncado a la baja.
Según Salesforce —la CNMC aún no ha presentado su informe— España bajó un 3 % en facturación de comercio electrónico, mientras el resto del mundo lo hacía un 6 %. Esta recesión se explica por la curva de 2020 y 2021 dibujadas por la pandemia. Cuando los clientes no salían de sus casas, el ecommerce se convirtió en una de las pocas alternativas disponibles, y especialmente una de bajo riesgo de contagio. Esto hizo despegar sus compras o, en el caso de España, mantuvo el ritmo de crecimiento.
Sin embargo, y tal y como ocurriese con el teletrabajo, el final de la pandemia rebajó en 2022 parte del crecimiento de 2021. El teletrabajo, que tenía cifras del 4,3 % de penetración en 2019, ascendió hasta el 30 % en pandemia y cuando tuvo una ‘recesión’ cayó triplicando la anterior cifra hasta un 15 % según el Eurostat. El ecommerce ha seguido un patrón similar, pero menos marcado.
La apertura del comercio convencional ha hecho que parte de la ganancia del ecommerce volviese a cauces más tradicionales. Pero otra parte del crecimiento sí ha quedado como crecimiento residual, y durante los próximos años se espera que el ecommerce siga creciendo, si bien no a razón de dos cifras interanuales.
Si has notado menos transacciones en tu ecommerce estás pueden ser las razones.
Las empresas que lideran el ecommerce en España
Las 3 principales empresas son:
- Amazon (28%)
- AliExpress (9%).
- Corte inglés (6%).
Llama la atención que el 70 % de las compras online fueron calificadas como “muy satisfactorias”, siendo el problema más frecuente un retraso en la entrega a domicilio. Esto suele ser debido a grandes tensiones durante fechas especiales, como las Navidades.
Si deseas más información la OCU puedes ver el estudio de la OCU aquí
Los Sectores líderes en el ecommerce en España
Los 5 sectores principales que lideran el ecommerce en España según la cuota de mercado son:
- Prendas de vestir con un 8,4%
- Servicios de intermediación financiera con un 6,3%
- Juegos de azar y apuestas con un 4,5%
- Agencias de viajes con un 4,4%
- Pago de impuestos con un 3,9%
Si deseas más información puedes ver el estudio de la CNMC aquí
El futuro del ecommerce en España
En los próximos años, se espera que el crecimiento del ecommerce en España sea similar al que hubo antes de la pandemia, aunque a un ritmo más pausado. Es posible que durante el resto de 2022 y principios de 2023 se note un leve descenso de las ventas digitales para adecuarse a esta curva creciente, dado que parte del crecimiento por la pandemia fue, en cierto sentido, forzado para el consumidor.
De lo que sí se está seguro es de cómo la tecnología dará forma al ecommerce, no necesariamente de forma que el cliente pueda percibirlo. Por ejemplo, los mecanismos de securización que trabajan junto a las API de los comercios resultan invisibles pero son clave a la hora de generar confianza en los compradores.
Al mismo tiempo, las API hacen posible que las pasarelas de pago queden integradas dentro del proceso de compra, eliminando parte del rozamiento tradicional de estos mercados y haciendo que el embudo de conversión trabaje de forma más fluida.
Las ventajas de las tiendas digitales, especialmente en materia de seguridad, fiabilidad, disponibilidad o encargo bajo demanda, así como la integración de tecnologías bancarizadas dentro de las tiendas digitales —finanzas integradas, mecanismos de securización, pasarelas de pago— ayudan a afianzar usuarios con respecto a negocios que funcionan solamente offline.
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