La sociedad se está transformando en un entorno cada vez más digital en el que estamos todos interconectados. Los datos lo demuestran: en Google se realizan más tres millones de búsquedas cada minuto; enviamos casi 2,5 millones de correos electrónicos cada segundo; en Twitter se lanzan más de 6.000 tuits en ese mismo espacio de tiempo, y en Instagram se publican 80 millones de fotos al día. A lo largo de 2016 está previsto que se realicen más 330.000 millones de transacciones electrónicas.
Con estos datos, Carmen Cuesta, CTO de Nimble Payments de BBVA, en su intervención en una las conferencias de OpenExpo, incidió en que los procesos de negocio son ahora más abiertos y colaborativos. Y en ellos, los grandes proveedores de servicios digitales han jugado un papel importante al cambiar los modelos tradicionales e:
Industrializar sus procesos en la generación de productos
Fomentar que terceros desarrollen sobre sus servicios
Estos cambios son posibles, en gran medida, gracias al impulso de las APIs. Cuesta clasificó, en este sentido, las diferentes APIs en tres tipos:
1. Privadas: facilitan la integración interna de aplicaciones y sistemas. Con este clase de interfaces de programación se incrementa la eficiencia, se reducen los costes, se mejora la operativa interna y se genera una mayor agilidad.
2. Colaborativas: facilitan la comunicación y las integraciones entre socios. Son el tipo de APIs que más valor añadido generan.
3. Públicas: permiten exponer información y funcionalidades a terceros. Gracias a este tipo de APIs se amplía el mercado y se generan nuevas fuentes de ingreso, ya que pueden llegar a ser un producto en sí mismo.
La responsable técnico de Nimble Payments de BBVA señaló, al respecto, que cuando pide el desarrollo de un servicio a su equipo, aunque sea de consumo interno, “hay que desarrollar pensando en terceros, en que vayan a ser APIs públicas para que luego sea más sencillo reutilizar estas piezas y ganar en eficiencia y en agilidad”.
El paso de las APIs en el mundo de la banca
Hay que posicionarse mejor y ganar en agilidad, y eso se consigue con APIs
Esta transformación a partir de las APIs también ha llegado a la banca. “Nuestros clientes están cada vez más acostumbrados a tener servicios digitales y a poder compararlos, por lo que pretenden que tengan esa inmediatez a la que están acostumbrados”. De lo contrario, puntualizó Cuesta, “se preguntaran cómo es posible tener una conferencia en tiempo real con Singapur o ver un vídeo en streaming, pero tardar cinco días en hacer una transferencia a EE.UU. No es comprensible”.
Cuesta reconoció también que son las startups fintech las que “están emergiendo y empezando a trabajar en todas las cadenas de valor de la banca, desde los pagos, los préstamos, la gestión de finanzas, la planificación, el wealth management… “Prácticamente no hay ningún servicio sin una startup cerca”.
Por ello, incidió en que “la banca tiene que reaccionar y no solo copiar. Para ella, “hay que posicionarse mejor y ganar en agilidad, y eso se consigue con APIs. Hay que aprender de cómo lo han hecho las grandes tecnológicas y abrirnos a terceros para que nuestros servicios ganen en valor”.
En este sentido, ante un foro repleto de profesionales de software libre, admitió que “exponer de repente los servicios a terceros supone un gran cambio de mentalidad” en el sector y apostilló que en BBVA están convencidos de que “ tiene sus ventajas”.
PSD2, las nuevas reglas del juego
La nueva directiva de Servicios de Pago de la UE (PSD2, por sus siglas en inglés) es la que va a establecer las nuevas reglas de juego de esta apertura de la banca. Entre otros puntos, Carmen Cuesta recalcó que insta a los bancos a “permitir a terceros el acceso a las cuentas de sus clientes y la iniciación de pagos en su nombre, siempre previa autorización del interesado”.
En su opinión, con esta normativa, la UE pretende “fomentar la innovación y la competencia” con el objetivo de beneficiar al consumidor con “nuevos servicios de pago que se adapten más a sus necesidades pero en un entorno seguro”. Aunque la directiva se aprobó en 2015 y hasta septiembre de 2018 los estándares técnicos, que aún debe definir la Autoridad Bancaria Europea (EBA), no entrarán en vigor.
Los objetivos de la PSD2 son los siguientes:
1. Establecer un level playing field para proveedores de servicios de pago.
2. Fomentar la innovación y la competición para que redunde en costes más asequibles para el consumidor final.
3. Asegurar la seguridad en los pagos y un alto nivel de protección del consumidor.
4. Facilitar la aparición de estándares comunes y la interoperabilidad.
Plataforma abierta en BBVA
Ante esta transformación que se está llevando a cabo en el ecosistema financiero, Carmen Cuesta puntualizó el giro que se ha producido en la estrategia de BBVA: “Pensamos que abrir nuestras puertas y que terceros desarrollen sobre nuestra arquitectura tiene más oportunidades que desventajas”.
En este sentido, destacó el lanzamiento en fase beta del portal de open platform: BBVA API Market, donde se ofrecen las APIs financieras abiertas a terceros. “El reto es que el consumidor pueda atraer los servicios de la banca a su entorno y los pueda consumir donde quiera”.
Entre los ejemplos de APIs financieras, Cuesta destacó los siguientes tipos:
1. Servicios de identificación y autenticación: permiten autenticar a un usuario y acceder a su información como BBVA Identity o Capital One.
2. Acceso a la información y movimientos de una cuenta: es la API que permite obtener información del balance de una cuenta, así como de los movimientos realizados. Como ejemplos, Crédit Agricole, Banc Sabadell o la BBVA Accounts.
3. Información agregada de movimientos de tarjetas: permite realizar acciones de geomarketing o de inteligencia empresarial y estudios de mercado, entre otras. En esta línea se encuentra BBVA PayStats.
4. Iniciar transferencias: permite nuevos modelos de negocio a través de la iniciación de pagos, como BBVA Money Transfers.
5. Comercio electrónico: permite la gestión de cobros, mejorar la experiencia de usuario, realizar devoluciones con pasarelas de pagos…Como ejemplos: Nimble Payments de BBVA, PayPal o Stripe.
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