Las redes sociales nos permiten descubrir y conectar con nuevas personas que podrían resultarnos interesantes en nuestro día a día profesional. Una de las claves es hacer una conexión clara y efectiva, sin hacer perder el tiempo a la gente. Lo que menos conviene a nuestro negocio es convertirse en ese ‘amigo pesado’ del que todos huyen. Si seguimos con constancia las siguientes pautas, el éxito está garantizado.
1. Encuentra el canal adecuado y traza un plan de acción.
Hoy en día las redes sociales son muy variadas y cada uno de nuestros potenciales clientes se decantará por una u otra en mayor medida. Haz un estudio previo y comprueba cuál es la mejor vía de comunicación en cada caso. ¿Tienen una web en la que incitan a participar?, ¿Hacen un uso profesional de su perfil en Facebook?, ¿Son activos tuiteros?. Averigua dónde se sienten más cómodos y contáctales por esa red.
Igual de importante es trazar un plan de acción en el que se detecten qué personas o grupos pueden beneficiarnos más. Además, es conveniente marcarse unos objetivos diarios en los que se les priorice. Así lo explican prestigiosas publicaciones como Forbes.
2. Mensajes breves, concisos y atractivos.
Las nuevas tecnologías nos ayudan a contactar con un enorme número de gente, pero en contraposición, contamos con muy poco tiempo de atención. No asumas que el lector dispone de tiempo para leer 500 palabras. Sé breve, no te excedas en el texto y trata de ‘enganchar’. No es necesario que en un primer contacto esté toda la información.
3. Cumple tus promesas.
Aunque se traten de tareas sencillas como devolver un email o llegar puntual a un almuerzo concertado, es muy importante que cuides las formas. Cumplir con lo esperado te generará una buena reputación, algo que todo networker desea.
4. Sin presiones.
Tanto si se trata de un correo electrónico como si se ha visto a la persona por primera vez para tratar algún tema, no te tomes la libertad de exigir una respuesta. Si esa persona está interesada contactará contigo.
5. Extrae la información importante.
Antes de asistir a un evento de networking utiliza las redes sociales para extraer la información que más te interesa. Conocer algo de los demás puede ser clave para entablar una solida relación. Ojea su perfil en LinkedIn, lee (si los hubiera) artículos o post que hayan escrito y quédate con una idea global de cómo puede ser su personalidad. ¿Es un empresario que alardea de trabajar todo el día sacrificando su vida personal? O, ¿es del tipo más conciso y resolutivo? Conocer claves como éstas te allanarán el camino.
6. Trabaja la relación, no el objetivo.
A la hora de hacer networking, un error común es concentrarnos en conseguir esa reunión o encuentro que pretendemos como único objetivo. De esta manera, y si la propuesta no sale adelante, estamos cerrando puertas a futuras comunicaciones exitosas. Si nos dedicamos a trabajar más la relación y hacer sentir cómoda a la persona, pese a que pueda no ocurrir nada en ese momento, ya se ha sembrado un vínculo con probabilidades de éxito futuro.
7. No exhibas necesidad y mantén la educación.
Los mensajes que transmitas no deben parecer necesitados. Si incluyes frases como “realmente necesito hablar con usted”, se está mostrando una inseguridad que no denota nada positivo. Mantente abierto al contacto y al diálogo estando preparado tanto para un rotundo ‘no’, como para la falta total de respuesta.
Recuerda, además, que tus acciones y tu educación son tu marca. No te permitas deslices como interrumpir una conversación, contestar al teléfono mascando un chicle o reaccionar mal ante una negativa.
8. Deja espacio suficiente.
Si la persona contactada recibe muchos emails tuyos a diario o se siente agobiada, puede llegar a pensar que no va a tener tiempo suficiente para atender tus demandas y perderá interés. La relación debe tener aire y respirar, por ello siempre hay que dejar un tiempo prudencial incluso a la hora de responder; a no ser que sea algo muy urgente debe esperarse un periodo que puede ir acortándose cuando la relación sea más cercana y fluida, como aconsejan muchos expertos.
9. Di lo que quieres sin muchos rodeos.
Si, por ejemplo, el objetivo de un correo electrónico es quedar para almorzar y tratar cierto tema, hazlo saber tan claramente como puedas. No lo pongas en la última línea ni divagues antes de plantearlo. Tanto si a la persona le interesa como si no, agradecerá la claridad y brevedad del planteamiento. Debes ser consciente de que estás pidiendo un favor, así como valorar el tiempo de la persona aludida.
10. Identifica oportunidades de ayudar a terceros.
El networking no es más que una red que se retroalimenta de acciones. Si durante el intercambio de informaciones o la visita a perfiles en redes sociales ajenas ves la posibilidad de ayudar, hazlo. Presenta a esas dos personas que buscan lo mismo sin saberlo y beneficia siempre a quien puedas. Esto te hará estar en mente de muchos y multiplicará tus oportunidades. Como ya se ha mencionado se trata de construir relaciones duraderas.